domingo, 23 de agosto de 2009

SONETO XXVII

Amor, amor, un hábito vestí
el cual de vuestro paño fue cortado;
al vestir ancho fue, más apretado
y estrecho cuando estuvo sobre mí.

Después acá de lo que consentí,
tal arrepentimiento me ha tomado,
que pruebo alguna vez, de congojado,
a romper esto en que yo me metí.

Mas ¿quién podrá de este hábito librarse,
teniendo tan contraria su natura,
que con él ha venido a conformarse?

Si alguna parte queda por ventura de mi razón,
por mí no osa mostrarse;
que en tal contradicción no está segura.



Garcilaso de la Vega.

martes, 11 de agosto de 2009

"El amor nunca falla"

Haciendo una búsqueda sobre el amor en internet, encontré esta imagen con un texto muy bello.






domingo, 9 de agosto de 2009

Aunque no te pueda ver - Alex Ubago

Una de las canciones más bellas de él, para mí. Vale la pena oir esta canción, aún más ver el video. ¡Es emocionante!


Si ayer tuviste un día gris:

Tranquila, yo haré canciones para ver

Si así consigo hacerte sonreír.
Si lo que quieres es huir,Camina,

yo haré canciones para ver

Si así consigo fuerzas pa' vivir.
No tengo más motivos para darte

Que este miedo que me da

El no volver a verte nunca más...
Creo ver la lluvia caer, en mi ventana te veo,

Pero no está lloviendo,

No es más que un reflejo de mi pensamiento,

Hoy te echo de menos...

yo sólo quiero hacerte saber,

Amiga, estés donde estés,

Que si te falta el aliento, yo te lo daré

Y si te sientes sola, háblame,

Que te estaré escuchando aunque no te pueda ver,

Aunque no te pueda ver...
De tantas cosas que perdí, diría

Que sólo guardo lo que fue

Mágico tiempo que nació un abril...
Miradas tristes sobre mí se anidan

Y se hacen parte de mi piel,

Ahora siempre llueve, porque estoy sin ti...
No tengo más motivos para darte que esta fría soledad,

Que necesito darte tantas cosas más...
Creo ver la lluvia caer, en mi ventana te veo,

Pero no está lloviendo,

No es más que un reflejo de mi pensamiento,

Hoy te echo de menos...

yo sólo quiero hacerte saber,

Amiga, estés donde estés,

Que si te falta el aliento, yo te lo daré

Y si te sientes sola, háblame,

Que te estaré escuchando aunque no te pueda ver,

Aunque no te pueda ver...

¿Quién es Alex Ubago?

"Nací en Vitoria el 29 de enero de 1981. Me bautizaron el 17 de febrero y me pusieron Alejandro, aunque pronto fui Álex. No tengo hermanos. Cuando tenía cuatro años, mis padres se trasladaron a San Sebastián por motivos de trabajo. Desde entonces vivo aquí.
Siempre he sido bastante extrovertido. Con mi punto tímido pero sin problemas para relacionarme. He sido muy disfrutón. Me ha gustado disfrutar de la vida en cada momento y nunca he dejado de salir un fin de semana por estar de exámenes. A los 14 años empecé a jugar al billar casi por casualidad. Le cogí el gusto, no se me daba mal, fui mejorando y estuve varios años muy metido. A los 16 años ya estaba compitiendo. Sin pensar en nada, por pura diversión, igual me daba por hacer una canción. Así empecé con 15 años. Y llegó un día en el que terminé una canción que me gustó. Tenía ganas de que alguien la escuchara, de cantársela a cualquiera. Esa primera canción aún existe; está escrita pero no se ha grabado en disco.
A partir de ahí seguí escribiendo. Poco después hice Sabes y Hay que ver, que están grabadas en la primera maqueta. Y cogí la costumbre. No me sentaba todos los días a las 11 a componer, pero salían cosas. Estaba en la cama y aparecía una melodía o una letra. Escribía un párrafo, no sabía como seguir, lo dejaba a medias, continuaba días o semanas después.
Un día, llamé a mi primo David. Es músico y tiene un estudio de grabación casero. Me animé, durante dos o tres semanas me pasaba a la noche por su estudio y tranquilamente fuimos grabando. Mi primera maqueta tenía cinco canciones.
Terminé de grabar las cinco canciones y dos o tres las había escrito para mi novia de entonces. Se acercaba su cumpleaños y le regalé la maqueta. Pensé que era bonito, original. Fueron las primeras canciones que escuchó mi mánager, Íñigo Argomániz. Le pasó la maqueta mi primo Ramón. Regenta el Antonio Bar, al que Iñigo iba de vez en cuando. Después, claro, llegaron más canciones y más maquetas.
Íñigo estaba sentado en su mesa, con una pila de maquetas delante. Me contó que un día estaba trabajando en el ordenador mientras escuchaba de fondo mi maqueta con las cinco canciones. No le hacía ni caso. Pero una canción se le agarró al oído, volvió al principio y la escuchó tranquilamente. Le gustó no sé qué. Las letras, mi voz, las canciones... Y me llamó para saber quien era, qué hacía.
Le conté algo de mi vida y que no tenía más canciones grabadas. Íñigo me dijo que le gustaban, que siguiera escribiendo tranquilo, con calma. Nunca me prometió nada; nunca me dijo que iba a grabar un disco. Simplemente que nos volveríamos a sentar cuando tuviera 12 o 14 canciones más.
Volví a casa dando botes. Y me puse a escribir sin fecha determinada, sin plazo fijo. Cuando tuve más canciones, se las mandé. Me pidió más y escribí más. 25 canciones en un año.
Mis canciones cuentan historias sencillas, personales, que le pueden suceder a cualquiera. No planteo ninguna relación de poder ni de predominio de una persona sobre otra. Nadie es ganador ni perdedor. Todos aprendemos y todos enseñamos. Unas veces necesito y otras me necesitan. Quiero mantener un equilibrio entre las dos partes de una relación y defiendo la libertad individual, la necesidad de que cada uno busque y siga su camino. Ser uno mismo.
Yo le mandaba las canciones nuevas a Íñigo y él se las enviaba a Alfonso Pérez, el director artístico de Dro. No tenía nada claro que fuera a grabar un disco pero cuando hubo un repertorio guapo de canciones, fui a Madrid a conocer a la gente de la discográfica. En Octubre de 2000 volví para firmar el contrato con Dro. En enero de 2001 ya estaba trabajando con Jesús Gómez, mi productor.
Cuando comencé a grabar el disco, no tenía una banda. A los músicos que hoy tocan conmigo los conocí después, cuando necesité ensayar por si acaso salía algún concierto. Adoro a los cinco. No me siento como un solista con un grupo de acompañamiento detrás. Marco, Xavi, Sergio, Carlos y Paul y yo hemos hecho un grupo de amigos porque han sido dos años de viajar sin parar, todo el día juntos. Seguimos los mismos desde el principio y siempre aportan cosas.
Mi vida ha cambiado, pero más en el entorno que en mí mismo. He aprendido mucho, pero mi personalidad no ha variado. El trabajo, las experiencias, los viajes... Todo me ayuda a madurar. Ha aumentado mi sentido de la responsabilidad porque trabajo con mucha gente, pero no me siento presionado por esto. No tengo la sensación de que todos dependen de mí. Al menos, yo no creo que sea así. También he perdido algo de libertad personal, aunque no me siento perseguido ni acosado. Tampoco me planteo que puedo influir en otras personas a través de mis canciones, aunque sea así, porque no quiero influir en nadie. Me gusta que la gente se sienta bien escuchándome, que mis canciones puedan ser útiles interpretándolas a su manera, pero nada más.
Intento llevar una carrera musical controlada. Aparecer cuando tengo que hacerlo y desaparecer cuando lo necesito. No voy a dar pie en mi vida a cualquier cosa que no tenga relación con la música. Quizá vendería más discos, pero no me merece la pena. Creo que puedo mantener esta actitud porque está en mi personalidad. Hay personas que sólo quieren hacerse famosas. Yo quiero vivir de la música y con esto tengo de sobra. Me hubiera conformado con mucho menos."
(Extractos de "CUADERNOS DE ALEX UBAGO" de Nacho Saenz de Tejada, editado por Ed. Aguilar.)
Para saber más de él: http://www.alexubago.com

lunes, 3 de agosto de 2009

Más poesías

Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos

mi estrategia es en cambio
más profunda y más simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo
ni sé con qué pretexto
por fin me necesites.

Mario Benedetti
 
© Papeis Krista '' Por Elke di Barros